
Subir cuestas de vértigo por caminos embarrados de entrada, acto seguido recibir una agradable nevada y después bajar durante 20 minutos soportando temperaturas siberianas es algo difícil de olvidar.

Al final una "buti con mongetes y vi en porro a dojo" te hacen ver las cosas de otra manera. Pues eso que cuando digáis nos vamos a los Monegros o a donde cuadre.
